Biocells fue nuestra calma en la tormenta del Coronavirus
Por: Cristina Calderón
Poder contar con Biocells para el nacimiento de mi segundo hijo me dio la tranquilidad que no tuve con mi primer hijo. Con mi primer bebé, y como madre primeriza me agobió un poco los cientos de recomendaciones, mitos y verdades que recibí, y lastimosamente no tomé el servicio de recolección de células madre. Sin embargo, siempre me quedó esa sensación de haberme equivocado al no tomar el servicio de Biocells. Justamente por eso, con mi segundo hijo no fue negociable para nosotros como familia no guardar las células madre.
Realicé la compra de Biocells meses antes de la pandemia, sin saber lo que se venía. Contar con el apoyo de Biocells para el nacimiento de mi segundo hijo, marcó toda la diferencia para nosotros, debido a que el parto fue durante el confinamiento a causa de la crisis del coronavirus en Quito. Esto nos hizo sentir asegurados y que estábamos haciendo todo lo que estaba en nuestras manos para cuidar de nuestro hijo. Tomar la decisión de recolectar las células madre del cordón umbilical resultó ser nuestra calma en la tormenta de incertidumbre de mi parto.
Junto a la crisis del coronavirus, la sociedad dio un giro enfocado más en la salud, y sobre todo hacia pensar en cualquier mecanismo posible que nos ayude a preservar y garantizar nuestra salud. En mi caso como mamá, la salud de mis hijos es lo más importante, y en estos tiempos donde nuestra salud está constantemente en riesgo, la recolección de células madre me dió muchísima tranquilidad. Así mismo, me dió mucha calma saber que en esta segunda ocasión había tomado la decisión correcta.
Mi bebé nació el 18 de abril de este año, justo un mes después de que empezó el confinamiento en Quito. En ese momento estaba repleta de miedos, miedo de ir al hospital por ser foco de contagio, miedo del parto con las nuevas restricciones por el virus, y por supuesto miedo del virus en sí mismo. En medio de todos estos temores que teníamos con mi esposo, el saber que ya habíamos tomado las células madre, y que nuestro bebé estaba protegido nos dio mucha calma.
El personal de Biocells fue increíblemente atento con nosotros. Incluso después de la venta, y de la visita en nuestra casa para la firma del contrato, mantuvieron el contacto, desde mensajes de texto para preguntarnos cómo estábamos, felicitarnos una vez que nuestro bebé nació, hasta la tranquilidad de una videollamada explicándonos el proceso de toma de la muestra acorde a las nuevas regulaciones de los hospitales durante los partos. Esto generó un vínculo de confianza con Gabriela (nuestra asesora Biocells), que curiosamente también estaba embarazada, más o menos del mismo tiempo de gestación, lo cual permitió que conectemos aún más.
Nuestro bebé nació el día domingo durante el confinamiento, no circulaban autos en Quito, mi familia que viven en el extranjero no pudo estar acompañándonos; llegamos al hospital, me realizaron la prueba PCR, fuimos al quirófano y poco antes de que ya nazca nuestro bebé, mi ginecólogo pregunta por mi Kit Biocells para la recolección. En medio de toda la locura lo olvidamos en nuestra casa. El día del nacimiento de un hijo es un día lleno de nervios y apuros y que estas cosas pueden pasar. Inmediatamente nos dijeron que tenían un Kit de Biocells en quirófano justamente para estas situaciones. En ese momento nos sentimos muy cuidados y acompañados por Biocells.